SANLÚCAR DE
BARRAMEDA: EL CÓLERA MORBO DE 1834[1]
Jesús VEGAZO PALACIOS
En el verano de 1834 la provincia
sufrió un brote de cólera del que Sanlúcar de Barrameda no se libró. Las malas condiciones higiénicas
de la ciudad en aquella época fueron propias para que esta enfermedad se
desarrollase. El historiador Jesús Vegazo Palacios ha rescatado del Archivo
Municipal algunos datos que permiten resumir parte de lo sucedido.
La propagación epidémica del cólera-morbo alcanzó
Sanlúcar de Barrameda en el caluroso y seco verano del año 1834, habiendo sido
detectado el foco originario en Portugal, a tenor de los informes del
Gobernador Civil de la provincia.
Esta enfermedad
infecciosa-contagiosa es causada por un virus llamado Vibrio cholerae o vibrión colérico, especialmente virulento por las
precarias condiciones higiénico-sanitarias de la ciudad. Se manifiesta por una
acusada deshidratación gastrointestinal del sujeto, ocasionando un cuadro
clínico agudo, con espasmos musculares acompañado de elevada fiebre, acidosis
metabólica, shock hipovolémico y, finalmente, desemboca en la muerte del
infectado.
Parece
ser que causó estragos en la población más humilde, sobre todo en las clases
bajas, proletariado rural, indigentes, pobres, vagabundos y menesterosos. El
vehículo transmisor de la enfermedad tuvo que ser el agua. El enterramiento de
cadáveres quedó absolutamente prohibido hacerse dentro de las iglesias por el
peligro al contagio. Según Pedro Barbadillo Delgado, la epidemia acabó con la
vida de más de quinientas personas, aunque no precisa qué fuentes documentales
ha consultado para sostener esta hipótesis.
La Junta de Sanidad, organismo
competente en esta materia, recibió un oficio del Gobernador Civil de la provincia con fecha 18 de junio
de 1834 donde instaba a las autoridades sanitarias locales a cortar cualquier
tipo de comunicación con Jerez de la Frontera. La Junta Provincial advertía a
todos los municipios gaditanos de que se habían detectado en Grazalema casos de
“enfermedades sospechosas”.
El presupuesto con el que contaba la Junta de Sanidad
para afrontar los gastos derivados de la epidemia ascendía a la ridícula
cantidad de 40 reales cuando, según estimaciones de la propia Junta, ni con
200.000 reales se podía cubrir todas las necesidades “por haver tanta clase de propietarios”. Su presidente, al estar
depauperadas las arcas de la Junta y ante el nulo apoyo económico del
Gobernador Civil que aducía que entre sus atribuciones no estaba “conceder fondos para las atenciones de
Sanidad”, elevó al cabildo una petición solemne durante la sesión del día
21 de julio con el fin de “abrir una
subscripcion para atender al Socorro de los Pobres que son invadidos de la
enfermedad que padece”. Se acordó realizar una postula o colecta popular a cargo de los regidores en sus respectivos
cuarteles o distritos urbanos a
excepción de “las tiendas de mercader de
las Vevidas y Almacenes por esta cometido este encargo a una Comicion”.
El
7 de agosto se encargó a los facultativos sanluqueños la redacción de una memoria histórico-médica que permitiera
diagnosticar la evolución del cólera desde su aparición hasta su procedencia.
Siguiendo el dictamen de los galenos, se prohibió la venta de carne de cabra.
Poco a poco, la situación se fue
normalizando y en los sucesivos boletines oficiales de la provincia el cabildo
conoció la desaparición de la enfermedad en otros municipios como Vejer,
Grazalema, Puerto Serrano, Benaocaz, Paterna de la Rivera y Villamartín, así
como el levantamiento de los cordones sanitarios establecidos para impedir su propagación.
En cualquier caso, la epidemia debió ser importante
en cuanto a infectados y muertos a juzgar por el ingente papeleo movido por el
Ayuntamiento sobre la cuestión y, fundamentalmente, por las reiteradas
reclamaciones de José Sotomayor,
sepulturero del cementerio extramuros de San Antonio Abad por esas fechas, a
quien se le adeudaba muchos reales por su trabajo de enterrar cadáveres durante
ese fatídico año.
Archivo Municipal de
Sanlúcar de Barrameda. Actas Capitulares de 1834. Signatura 4.820
[1] Publicado en el periódico Sanlúcar Información, La torre de babel. Historia. Del 27 de
septiembre al 3 de octubre de 1997, página 28.
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