EL REAL FERNANDO Y SANLÚCAR DE BARRAMEDA (17 DE JULIO DE 1817): PRIMER BARCO DE VAPOR DE
RUEDAS DE ESPAÑA
Jesús VEGAZO PALACIOS
El
Real Fernando, alias El Betis o también conocido con el
nombre de El Fernandino fue el primer
barco de vapor de ruedas de España construido en los astilleros de los Remedios
de Triana (Sevilla) por el carpintero Cabrera. La botadura tuvo lugar a las
seis de la tarde del 30 de mayo de 1817 por encargo de la empresa armadora Real Compañía de Navegación del Guadalquivir,
fundada por el catedrático Gregorio
González Azaola y el marino militar francés Alexandro Briarly, con financiación de capital preferentemente
sevillano. Encarnó la primera
experiencia española de uso comercial del
buque a vapor en honor al soberano Fernando
VII.
El buque, que costó 20.000 pesos, estaba propulsado
por dos ruedas de paletas en sus laterales, movidas por una máquina side lever de vapor de 20 caballos de
potencia, con cilindro de 26 ¾ pulgadas de diámetro, de la firma británica de
la ciudad de Birmingham Watt &
Boulton. Las dimensiones del Real
Fernando eran las siguientes: 21.37 metros de eslora, 6.76 de manga,
incluyendo los tambores laterales de propulsión, 3.65 metros de manga del
casco, 2.76 metros de puntal y 0.84 metros de calado. Su mástil medía 6.5
metros de altura y podía emplearse como mástil para velamen. De casco de
madera, achatado, de poco calado, revestido de placas de cobre. La chimenea se
situaba en la mitad del casco, dejando debajo el compartimento de la
maquinaria, aislado con una cámara de serrín para impedir la propagación del calor que
desprendía la combustión del carbón. Con capacidad máxima de 13 tripulantes, 65
pasajeros, 8 viajeros en camarotes y 40 en cubierta. El carbón que alimentaba
la máquina de vapor provenía de
Villanueva del Río y Minas. Su velocidad máxima era de 7 nudos. El tiempo de
llegada a Bonanza se estimó en 9 horas, zarpando con marea creciente, con lo
que se ahorraba aproximadamente 6 horas en relación a los barcos a vela, cuando
soplaba el viento NE largo y de 8 jornadas cuando las condiciones
meteorológicas eran extremas.
El primer viaje técnico se realizó el 8 de julio de 1817, coincidiendo
con la onomástica de la reina María Isabel de Braganza. Zarpó entre las una y
las dos de la mañana de Sevilla con destino a Cádiz y atraque en Sanlúcar de
Barrameda sobre el medio día. Se trataba de comprobar y corregir las imperfecciones de la maquinaria durante la singladura, a una
velocidad constante entre cuatro y seis millas por hora sin esforzar la
máquina. Hasta llegar al puerto de Bonanza, se realizaron tres paradas de 10
minutos. De
El Real Fernando llegó en viaje regular al puerto de Bonanza el 17
de julio de 1817 con pasaje de 97 pasajeros a bordo. Fue recibido entre ovaciones de la gente congregada en las inmediaciones. No obstante, el Real Fernando estuvo en funcionamiento
menos de un año debido a las constantes averías, lo que obligó a la Compañía a
ordenar su desguace ese mismo año. En
cualquier caso, el vapor como fuerza motriz en la navegación comercial constituyó el
principio de la modernización del transporte de navegación en la España del Sexenio Absolutista.