sábado, 4 de marzo de 2017

EL REAL FERNANDO Y SANLÚCAR DE BARRAMEDA (17 DE JULIO DE 1817): PRIMER BARCO DE VAPOR DE RUEDAS DE ESPAÑA

Jesús VEGAZO PALACIOS



            El Real Fernando, alias El Betis o también conocido con el nombre de El Fernandino fue el primer barco de vapor de ruedas de España construido en los astilleros de los Remedios de Triana (Sevilla) por el carpintero Cabrera. La botadura tuvo lugar a las seis de la tarde del 30 de mayo de 1817 por encargo de la empresa armadora Real Compañía de Navegación del Guadalquivir, fundada por el catedrático Gregorio González Azaola y el marino militar francés Alexandro Briarly, con financiación de capital preferentemente sevillano. Encarnó la primera experiencia española  de uso comercial del buque a vapor en honor al soberano Fernando VII.

            El buque, que costó 20.000 pesos, estaba propulsado por dos ruedas de paletas en sus laterales, movidas por una máquina side lever de vapor de 20 caballos de potencia, con cilindro de 26 ¾ pulgadas de diámetro, de la firma británica de la ciudad de Birmingham Watt & Boulton. Las dimensiones del Real Fernando eran las siguientes: 21.37 metros de eslora, 6.76 de manga, incluyendo los tambores laterales de propulsión, 3.65 metros de manga del casco, 2.76 metros de puntal y 0.84 metros de calado. Su mástil medía 6.5 metros de altura y podía emplearse como mástil para velamen. De casco de madera, achatado, de poco calado, revestido de placas de cobre. La chimenea se situaba en la mitad del casco, dejando debajo el compartimento de la maquinaria, aislado con una cámara de serrín para impedir la propagación del calor que desprendía la combustión del carbón. Con capacidad máxima de 13 tripulantes, 65 pasajeros, 8 viajeros en camarotes y 40 en cubierta. El carbón que alimentaba la máquina de vapor provenía  de Villanueva del Río y Minas. Su velocidad máxima era de 7 nudos. El tiempo de llegada a Bonanza se estimó en 9 horas, zarpando con marea creciente, con lo que se ahorraba aproximadamente 6 horas en relación a los barcos a vela, cuando soplaba el viento NE largo y de 8 jornadas cuando las condiciones meteorológicas eran extremas.

            El primer viaje técnico se realizó el 8 de julio de 1817, coincidiendo con la onomástica de la reina María Isabel de Braganza. Zarpó entre las una y las dos de la mañana de Sevilla con destino a Cádiz y atraque en Sanlúcar de Barrameda sobre el medio día. Se trataba de comprobar y corregir las imperfecciones  de la maquinaria durante la singladura, a una velocidad constante entre cuatro y seis millas por hora sin esforzar la máquina. Hasta llegar al puerto de Bonanza, se realizaron tres paradas de 10 minutos. De
regreso a Sevilla, se comprobó que no eran suficientes para este trayecto 80 libras de carbón por hora, por lo que se tuvo que aprovisionar de más carbón en la denominada Venta de la Negra.[1]

            El Real Fernando llegó en viaje regular al puerto de Bonanza el 17 de julio de 1817 con pasaje de 97 pasajeros a bordo. Fue recibido entre ovaciones de la gente congregada en las inmediaciones. No obstante, el Real Fernando estuvo en funcionamiento menos de un año debido a las constantes averías, lo que obligó a la Compañía a ordenar su desguace  ese mismo año. En cualquier caso, el vapor como fuerza motriz en la navegación comercial constituyó el principio de la modernización del transporte de navegación en la España del Sexenio Absolutista.




[1] Gaceta de Madrid. 87. 22 de julio de 1817, pp. 768-769.